SE LEVANTÓ Y SE PUSO EN CAMINO.

Por Mario Ortega.

Lc 1, 39-45. Se levantó y se puso en camino. 5ª feria mayor de Adviento. 21 de diciembre

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

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Se levantó y se puso en camino

  1. Para estas fechas, María y José ya estarían camino de Belén. No era la primera vez en menos de un año que hacía la Virgen Madre este viaje de Nazaret hasta Judea. Nueve meses antes lo había recorrido sola para encontrar a su prima Isabel en Ain Karen, que dista bastante poco de Belén. Ese primer viaje es el que relata el Evangelio de hoy. María se levantó, después de recibir la Anunciación angélica, y se puso en camino.
  2. Qué duda cabe que, ahora, acompañada de José y a punto de dar a luz, la Virgen Madre se acordaría constantemente de aquel primer viaje tan gozoso, en el que escuchó de labios de Isabel esa alabanza: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre… Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá. Se cumplirá, sí. Está a punto de cumplirse ya. La Virgen está en cinta y dará a luz a su hijo que es también Hijo del Altísimo, al hombre Dios, a Jesús.
  3. Nosotros, puestos en camino también hacia Belén, recorriendo los caminos de nuestra historia concreta, queremos vivir con María su gozo, que es el nuestro, porque es nuestra salvación. Dios nos concede la alegría de ver que lo que nos promete se cumple, que no nos falla, que en medio de nuestras noches, nos va a nacer una gran luz. Dios viene a salvarte. Levántate, como María, y ponte en camino.

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