La Santa Sede y China acordaron prorrogar por tercera vez el acuerdo secreto «sobre el nombramiento de obispos» que rubricaron en 2018 y se renovó en 2020 y 2022, el martes 22 de octubre. En esta oportunidad, decidieron que el pacto se extienda 4 años, en lugar de 2 como se realizaba, tal como indicó un comunicado de la Oficina de Prensa del Vaticano. La renovación del pacto secreto genera preocupación en diversos analistas, tras la intensificación del control ideológico del Partido Comunista (PCCh) sobre las estructuras de la Iglesia en el país de Asia Oriental, bajo el concepto de ‘sinización’.
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Suscríbase al boletín de VenLUn informe de Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Hudson Institute, sobre ‘Diez obispos católicos perseguidos en China’ (PDF) se dio a conocer en vísperas de esta tercera renovación del Acuerdo Provisional secreto. El estudio de esta abogada especializadas en derechos humanos abordó la intensificación de la represión contra dichos prelados, que se resistieron a los intentos del PCCh de controlar la actividad religiosa en sus diócesis. Las principales fuentes de Shea, con reserva de confidencialidad, son el Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME) y la Fundación Cardenal Kung, que salvaguarda el legado del cardenal Ignacio Kung Pin-mei (1901-2000), quien pasó media vida en las cárceles del régimen comunista.
El documento analizó la persecución contra el cardenal Joseph Zen, de 92 años, arrestado en 2022 y condenado por supuesta colaboración con la oposición democrática. Los otros casos que trató fue el del prelado Vicente Guo Xijin, varias veces detenido y obligado a dejar su diócesis en favor de un obispo menos renuente que él a colaborar con las instituciones religiosas del régimen comunista. Agustín Cui Tai fue detenido 4 veces desde la firma del Acuerdo, y en paradero desconocido desde 2021. Julio Jia Zhiguo, de 90 años, fue detenido en 2020 poco antes de la primera renovación del acuerdo, y todavía arrestado. Tadeo Ma Daqin, detenido en 2012 y sometido a ‘reeducación’, y que se mantiene bajo arresto domiciliario. Pedro Shao Zhumin fue detenido 6 veces desde la firma del Acuerdo en 2018 por negarse a registrarse con la ‘Iglesia patriótica’. Melchor Shi Hongzhen, de 95 años, estuvo un cuarto de siglo en arresto domiciliario, y a quien el gobierno comunista reconoció como obispo recientemente para facilitar la renovación del acuerdo. Jaime Su Zhimin fue detenido en 1997 y en paradero desconocido desde entonces, creyendo sus familiares que falleció.
José Xing Wenzhi fue desaparecido en 2011 y sin que las autoridades hayan dado explicación alguna desde entonces, tampoco desde 2018. José Zhang Weizhu fue detenido en 2021 cuando se estaba recuperando de una operación a consecuencia de un cáncer, y aún bajo arresto. «La persecución de estos 10 obispos es una terrible injusticia, poco conocida en el mundo. Sufren una privación de su derecho fundamental a la libertad religiosa y de otros derechos básicos. Por sus creencias religiosas, padecieron sufrimientos físicos y psicológicos. La supresión de su ministerio niega también a millones de católicos chinos su libertad religiosa», aseguró Shea. Consideró que «el acuerdo secreto sobre obispos con China llevó a algunos a asumir erróneamente que el PCCh excluye a la Iglesia católica de su actual represión religiosa», al enfatizar que «como muestra este informe (PDF), la persecución a estos 10 obispos, así como la represión de la Iglesia a la que representan, no hizo sino empeorar desde la firma del acuerdo en 2018».
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