El cardenal y arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, afirmó que «olvidarse de Dios disminuye nuestra humanidad», en un mensaje a los fieles en el que se refiere al proyecto de ley que se presentará el miércoles 16 de octubre en el Parlamento británico, donde se va a proponer la legalización del suicidio asistido bajo ciertas condiciones, lo que abrió un debate en la sociedad y en la esfera política sobre el valor de la vida humana y la protección de los más vulnerables.
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Indicó que la aprobación de la ley podría generar presión sobre aquellos que están cercanos a la muerte, ya sean familiares o incluso ellos mismos, para que opten por acabar con su vida y así liberar a sus seres queridos del cuidado o de los costos económicos. Sostuvo que para aquellos que temen el sufrimiento prolongado y la pérdida de dignidad en sus últimos días, el debate debería centrarse en mejorar los cuidados paliativos y los servicios de hospicio, dado que «esta es la verdadera forma de morir con dignidad», rodeados de seres queridos y bajo la atención de profesionales de la salud.
«Este cambio radical en la ley plantea el riesgo de llevar a los médicos de un deber de cuidar a un deber de matar», aseguró. El purpurado hizo un llamado a recordar la centralidad de Dios en la vida humana, al ratificar que «olvidarse de Dios disminuye nuestra humanidad». Enfatizó que la vida es un don sagrado otorgado por el Creador y que, como tal, no nos pertenece para disponer de ella a voluntad. Citando el libro de Job, el primado católico de Inglaterra y Gales recordó: El Señor dio, y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor.
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