El Partido Comunista de China (PCCh) cercena la libertad de expresión y religiosa de docentes, al aplicar estrictas medidas para garantizar su lealtad en las escuelas y universidades y examinar las creencias religiosas de los profesores del país. Numerosos maestros fueron sancionados por dar discursos que se consideran supuestamente «inapropiados» desde que el presidente Xi Jinping que se encuentra en el poder. El gobierno intensificó actualmente las medidas de censura y control.
Impuso estrictas restricciones de viaje a los docentes, a quienes se les exige que renuncien a sus pasaportes después de cada viaje al extranjero y se les impide salir de China, incluso para tomarse unas vacaciones en Hong Kong, Macao y Taiwán. Los que desobedecen son castigados e incluso pueden perder sus trabajos. En junio pasado, la Agencia de Educación provincial de Henán celebró una reunión para determinar «los peligros y riesgos potenciales en el campo de la ideología». A cada escuela se le exigió la creación de un «equipo de control ideológico» para garantizar que los profesores no efectuaran comentarios críticos contra el gobierno de Xi Jinping o el sistema socialista, y también se le asignó examinar las creencias religiosas de los profesores, por lo que China cercena la libertad religiosa de los docentes.
«El Gobierno cree que los docentes religiosos son hostiles al Partido, incluso si no evangelizan. El PCCh teme que integren la fe en la enseñanza. Es por eso que controlan estrictamente a los docentes y quieren que sigan su sistema ideológico y eventualmente se conviertan en marionetas que no puedan pensar de forma independiente», aseguró un profesor de inglés de mediana edad procedente de la provincia de Shandong. Otra profesora de inglés de Shandong relató que la Agencia de Educación provincial la criticó por pronunciar palabras como «Dios» y «oración» durante una clase sobre Jane Eyre, la famosa novela de la escritora inglesa Charlotte Brontë. Le advirtieron que en las aulas no debe ingresar nada relacionado con la religión. Incluso otro profesor fue criticado por mencionar las oraciones de la hora de la comida al hablar sobre las tradiciones gastronómicas de varios países.