JESÚS SALE EN DEFENSA DE LOS SUYOS.
Por Mario Ortega.
Lc 6,1-5. El Hijo del hombre es Señor del Sábado. Sábado de la semana XXII del TO
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron:
-¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?
Jesús les replicó:
-¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados -que sólo pueden comer los sacerdotes-, comió él y les dio a sus compañeros.
Y añadió:
-El Hijo del Hombre es señor del sábado.
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JESÚS SALE EN DEFENSA DE LOS SUYOS
1. Está claro que los fariseos no pueden ver a Jesús. Su recelo contra él crece conforme avanzan los capítulos del Evangelio. Todo lo referente a Jesús les parece mal. Sólo se miran a sí mismos, a las tradiciones humanas. Y lo peor de todo es que no parecen dispuestos a cambiar. Hoy reprochan a los apóstoles, que habían cogido unas espigas de trigo porque tenían hambre. ¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? Era sábado y la tradición mandaba que eso no se podía hacer…
2. Jesús sale en defensa de los suyos. Pone por delante de la ley la necesidad básica de la persona. La letra de la ley puede matar, llevar a un culto indigno de la persona humana y por tanto, no agradable a Dios. Y de ese peligro nos ha venido a liberar Jesús, con una ley, la del Evangelio, que es la del amor y siempre quiere el bien de la persona, su libertad, su dignidad.
3. Qué alegría da saber que Jesús es tan humano como divino. Como Dios es Señor del Sábado; como hombre pone su señorío al servicio de cada hombre, procurando su bien, su felicidad.