El cardenal y prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, presidió la Misa en Šaštín, el sábado 31 de agosto, en la que beatifican al seminarista eslovaco Ján Havlík, quien fue arrestado y padeció torturas del régimen comunista, pero se mantuvo siempre la fe y la esperanza en Cristo.
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El purpurado indicó que Havlík es un modelo para todos los cristianos, pero también para aquellos que «trabajan a favor de la dignidad humana y de la libertad de conciencia». Precisó que es «una persona equilibrada, gozosa, alegre en compañía, abierta y atenta a las necesidades de los demás» que, tras su detención, vio el progresivo deterioro de su salud.
Indicó que en su encarcelamiento, Havlík conoció al sacerdote salesiano Titus Zeman, beatificado en 2017. «Fue víctima de un régimen que quería destruir el fenómeno religioso y, en particular, la Iglesia católica y sus ministros», afirmó Semeraro, al recordar que, según testimonios, en prisión Ján «copiaba de noche, escribiendo con lápiz y también haciendo copias para otros, el Humanismo integral de Jacques Maritain».
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