DEJADLOS CRECER JUNTOS.

Por Mario Ortega.

Mt 13,24-30-9. Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Sábado semana XVI del TO.

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:

– El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.

Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

– Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?

Él les dijo:

– Un enemigo lo ha hecho.

Los criados le preguntaron:

– ¿Quieres que vayamos a arrancarla?

Pero él les respondió:

– No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo, almacenadlo en mi granero.

Dejadlos crecer juntos

1. La parábola de la cizaña es una de las luces más claras que nos ofrece el Evangelio respecto a la existencia del mal, mejor dicho, la coexistencia del mal con el bien. Es la pregunta que continuamente nos hacemos. ¿Por qué existe el mal, si Dios todo lo que ha creado era bueno, según leemos en el Génesis? ¿Por qué Dios permite que el mal crezca junto al bien y tantas veces parece que lo ahoga y lo domina?

2. La parábola nos habla del origen del mal, que ciertamente no está en Dios. La siembra de la cizaña es obra del maligno y de todo el que le hace el juego, desobedeciendo la ley de Dios, no respetando orden moral, fundado en la verdad de la persona y de las demás obras creadas por Dios. ¿Dios qué hace? ¿por qué permite esto? La parábola nos ofrece luz en medio de este misterio: porque eliminando la cizaña, puede dañarse la semilla buena, en primer lugar la libertad, que es la que nos permite amar a Dios y al prójimo.

3. Dios no da puntada sin hilo y su providencia misericordiosa consigue que para el que ama a Dios, todo le sirva para el bien. Dios hace que el mal que nos rodea no nos lleve a la perdición sino que haga más fuerte y puro nuestro amor a Él y al prójimo.

DEJADLOS CRECER JUNTOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí