Más de 500.000 fieles participaron en la peregrinación mariana en la ciudad de Levoča, en el norte de Eslovaquia, el sábado 6 y domingo 7 de julio, en un país con una población de 5.000.000 de habitantes. La actividad religiosa, en la que hubo numerosos sacerdotes disponibles para confesar, es una de las peregrinaciones marianas más concurridas de Europa.
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Los peregrinos participaron el sábado de las diferentes Misas, además de una en rito griego. Hubo un pequeño festival de música cristiana que atrajo a muchos jóvenes. El domingo se celebraron actos como el Vía Crucis, la oración de la Liturgia de las Horas, el rezo del Santo Rosario y, al final, una Misa presidida por el obispo de Spiš, František Trstenský.
Trstenský animó a ser fieles al Evangelio y anunciarlo con alegría. «No tengamos miedo de vivir con alegría nuestra fe, de alegrarnos en ella, porque el Señor está con ustedes. Les deseo la alegría de la evangelización. Nuestra Eslovaquia no necesita anunciadores tristes, sino alegres, que hayan experimentado ellos mismos la alegría del anuncio», precisó.
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