Fray Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, presidió la Misa por la fiesta de santos Pedro y Pablo, en la iglesia de San Pedro, el 29 de junio pasado, en la ciudad de Jaffa, donde el Ángel del Señor ordenó a San Pedro abrir la puerta de la buena nueva a los gentiles.
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Suscríbase al boletín de VenL«Especialmente aquí en Jaffa aprendemos de San Pedro que la Iglesia es una sociedad abierta y no étnica», indicó Patton. Precisó que esta apertura nos ayuda a no permanecer prisioneros de nuestros orígenes étnicos, sino que nos lleva a apreciar la libertad que Jesucristo nos dio. Explicó que esto se debe a que Jesús, resucitado de entre los muertos, mantiene viva en nosotros la esperanza de la resurrección.
La iglesia de San Pedro estaba llena de creyentes pertenecientes a diversos grupos pastorales, como españoles, filipinos, cristianos de expresión judía e indios. «San Pedro dice en su carta que todos somos peregrinos y extraños en este mundo, y San Pablo señala otro punto importante en su carta: que somos una comunidad de santos, con los que están en el cielo, como miembros de la familia de Dios», enfatizó.
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