La celebración en Nazaret de la solemnidad de la Anunciación a la Virgen María se realizó el domingo 7 de abril por la tarde, dado que el cardenal y patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, hizo su entrada solemne en la basílica de la Anunciación. Le dio la bienvenida fray Wojciech Boloz, guardián del santuario, junto a los franciscanos. La procesión se dirigió a la Gruta de la Anunciación para la veneración y oración en el lugar.
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Boloz precisó que el «contexto no es muy fácil, pero siguiendo el ejemplo de María se encomiendan «a Dios y a su Palabra». «Nos llamó a seguirlo y a confiar totalmente nuestra vida en sus manos. Así, siguiendo el ejemplo de María, intentamos hacer lo mismo. Confiando nuestra vida. Vivir día tras día siguiendo sus mandamientos y no prestar mucha atención a lo que sucede a tu alrededor aunque sean momentos difíciles», afirmó.
«La fiesta de la encarnación está relacionada con la resurrección. En este tiempo pascual, el sí de María dicho con confianza intrépida a Dios Padre a través del arcángel nos dice que especialmente en este tiempo horrible de guerra, desconfianza y miedo no debemos tener miedo porque nada es imposible para Dios, como dijo el Ángel a la Virgen», reflexionó Pizzaballa.
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