El obispo de Loikaw, capital del estado de Kayah, Celso Ba Shwe, sigue refugiado en un lugar seguro en la selva de Birmania, después que la catedral de Cristo Rey fue completamente arrasada por el Ejército hace 2 semanas, tal como precisaron fuentes a ‘Asia News’. Las imágenes que circularon tras la destrucción del templo conmocionaron incluso a los budistas birmanos. En la diócesis de Loikaw, unas 26 de las 41 parroquias fueron completamente abandonadas.
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«Los soldados dieron pruebas de ser auténticos profanadores», indicaron las fuentes. El prelado había conseguido volver al templo católico para recuperar algunos documentos y se encontró con una devastación total. «Había signos de muerte y profanación dentro de la iglesia», explicaron las fuentes, y mencionaron también la violación de mujeres, cuyos cuerpos destrozados estaban cerca de la catedral.
Aseguraron que «las autoridades de facto de Birmania habían pedido varias veces al obispo de Loikaw que les permitiera utilizar el recinto de la catedral como base militar operativa», pero al final, el Ejército tomó por la fuerza el lugar de culto. «En este momento la ciudad está dividida en 2», sostuvieron, tras enfatizar que las tropas mantienen el control del templo y sus alrededores, «un territorio muy amplio», mientras que las milicias de la resistencia luchan tener el control de Loikaw.
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