Los restos de san Benito de Palermo, conocido como san Benito «el Moro», se incendiaron por completo, tras el fuego en la Iglesia de Santa María de Jesús, construida en 1426, anexa al convento de los Frailes Menores, en la ciudad italiana de Palermo, Sicilia. En el edificio religioso se encontraba el cuerpo incorrupto de san Benito de Palermo, quien vivió y murió allí, siendo un destino de peregrinaje para muchos iberoaméricanos.
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Los bomberos fueron notificados del hecho, pero no pudieron responder rápidamente a la llamada, dado que estaban involucrados en otros sucesos. Decenas de voluntarios se esforzaron por salvar de alguna manera la iglesia y las reliquias de san Benito, incluso solamente unos pocos fragmentos óseos del santo fueron «salvados». «Con lágrimas en los ojos anunciamos que queda muy poco de sus restos», aseguraron los frailes franciscanos.
Se cree que solo se logró salvar un fémur del santo. El fraile alcanzó fama después de que los navegantes, que se dirigían al Nuevo Mundo, llevaran la devoción desde el puerto de Palermo hasta Brasil. San Benito es venerado en países como Colombia, Uruguay, Venezuela o Estados Unidos, en este último hasta 5 templos de la comunidad negra llevan su nombre. Su culto se difundió y se convirtió en uno de los protectores de los pueblos negros.
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