Más de 50 buzos en el agua y numerosos fieles participaron del Vía Crucis submarino que, desde hace 23 años, se realiza en la ciudad de Puerto Madryn. Las últimas estaciones de las 14 de la vía dolorosa de Jesús se completaron a 8 metros de profundidad con una cruz luminosa, después de que fue sumergido en el mar con una grúa, mientras los fieles acompañaban las meditaciones.
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El Vía Crucis, que atrae a miles de peregrinos en Semana Santa, comenzó en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, desde donde salieron los fieles para cumplir las primeras estaciones terrestres y llegar hasta el muelle Piedrabuena. «Van detrás de esta cruz los grandes hombres de la Argentina», se escuchó decir por los parlantes ubicados cerca del muelle portuario.
Los buzos, después de que la cruz bajó a las aguas, continuaron con la segunda etapa del Vía Crucis. Posteriormente, la cruz volvió a la playa para revivir la última estación. El Vía Crucis submarino, tradicional de la Patagonia, cuenta con la bendición especial del Papa Francisco.
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