Misionero argentino en Papúa Nueva Guinea: «Estoy anunciando el Evangelio por primera vez»

El padre Martín Prado, misionero argentino en Papúa Nueva Guinea, indicó que «en la selva la gente». «Los chicos duermen en el suelo, ayudan a sus mamás a cocinar con fuego, se bañan en el río, caminan descalzos… Donde estoy, en mi parroquia, estoy anunciando el Evangelio por primera vez, bautizando a la gente y hablándoles de Jesucristo», afirmó.

El padre Martín Prado, misionero argentino en Papúa Nueva Guinea, precisó que anuncia el Evangelio por primera vez en la isla, en la diócesis de Vánimo, la que se encuentra en un lugar apartado. «Para entrar y salir de Vánimo toca ir en avión. Las únicas rutas que hay son para entrar con un vehículo que pueda transitar por caminos en medio de la selva, cruzando ríos, montañas… siempre voy con algunos muchachos que me ayudan a desenterrar el 4×4 cuando queda atascado», precisó, al hablar del vehículo que consiguió gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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«En la selva la gente sufre de todo, no tiene nada. Los chicos duermen en el suelo, ayudan a sus mamás a cocinar con fuego, se bañan en el río, caminan descalzos… Donde estoy, en mi parroquia, estoy anunciando el Evangelio por primera vez, bautizando a la gente y hablándoles de Jesucristo», afirmó el presbítero, quien con el «camión», como dice el padre Prado, prestó varios servicios a la comunidad.

El vehículo del sacerdote les sirvió de ambulancia para las mujeres que tuvieron que ir de urgencia a dar a luz al centro médico, para llevar los cadáveres de las personas fallecidas, así como medicinas a los enfermos y transportar materiales para la construcción de las casas de 4 catequistas y de 2 iglesias. La parroquia del padre Prado se encuentra en la selva, pero está encargado de un proyecto educativo en la costa de Vánimo, donde hay 2 escuelas de primaria y están comenzando una de secundaria para mil alumnos. De manera que el padre pasa 7 días en la selva y 7 días en la costa.

«Gracias a Dios yo tengo vehículo, pero hay sacerdotes que visitan a sus comunidades una vez a al año. Me siento orgulloso de ese pick-up. Es un medio de trabajo, de evangelización. Realmente te cambia la vida», enfatizó el padre Prado.

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