Los católicos de Nicaragua comenzaron Cuaresma con la exigencia al gobierno sandinista de liberar al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años y 4 de meses de prisión, tras ser acusado de «traidor a la patria». Álvarez fue despojado de la nacionalidad nicaragüense de acuerdo a la ley 1145, aprobada por la Asamblea Nacional el jueves 9 de febrero, después de negarse a ser desterrado a Estados Unidos. La sentencia contra el obispo Rolando Álvarez se dio solo un día después de que la dictadura de Daniel Ortega deportara a 222 presos políticos al país norteamericano.
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Los fieles, que hicieron llamados para dejar en libertad al obispo Álvarez, asistieron a los templos en los 153 municipios de Nicaragua para recibir la marca de la cruz en la frente, máximo símbolo del inicio del tiempo litúrgico, en el Miércoles de Ceniza, el 22 de febrero. «Nos unimos en oración es este tiempo de Cuaresma que iniciamos con el Miércoles de Ceniza», indicó el cardenal Leopoldo Brenes, en un mensaje grabado, en el que los animó a rezar, ayunar y hacer buenas obras durante los 40 días que dura la Cuaresma, «en los cuales hay una propuesta por parte del Señor: ser santo como el padre celestial es santo».
¡Exigimos la liberación inmediata de Monseñor Álvarez! En Nicaragua Monseñor ha sido secuestrado injustamente por alzar su voz ante tanta maldad. Exijamos justicia para Monseñor Álvarez. ¡Comparte el hashtag #LibertadParaMonseñor para concientizar sobre su situación! 🤝 pic.twitter.com/U1WFW1txCU
— Unidad Nacional Azul y Blanco (@UnidadNic) February 22, 2023
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco de Nicaragua, durante la jornada, exigió la liberación del obispo Álvarez. «¡Exigimos la liberación inmediata de monseñor Álvarez!. En Nicaragua, monseñor ha sido secuestrado injustamente por alzar su voz ante tanta maldad. Exijamos justicia para monseñor Álvarez», solicitó ese grupo, cuyo consejo político se encuentra en el exilio y 4 de ellos fueron declarados apátridas por la dictadura de Daniel Ortega. Álvarez, de 56 años, es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega volvió al poder en Nicaragua en 2007.
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