El cardenal y prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, reiteró que «todos en la Iglesia, tanto si pertenecen a la jerarquía como si son gobernados por ella, están llamados a la santidad», en su intervención en el congreso ‘Modelos de santidad y canonizaciones a 40 años de la constitución apostólica Divinus Perfectionis Magister’, organizado junto con el Pontificio Comité para las Ciencias Históricas, que se inauguró el miércoles 9 de noviembre en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma y finalizará el viernes 11.
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El purpurado explicó que a lo largo de los siglos cambió el modo en que los cristianos miran la santidad, pero actualmente es la constitución dogmática Lumen Gentium el punto de referencia para los creyentes: que a la santidad es una vocación de todos en la Iglesia, porque la Iglesia misma está toda llamada a la santidad. Indicó, al hablar de «la vocación universal a la santidad y de la santidad canonizada», que toda santidad «no es nunca santidad individual, sino siempre santidad eclesial, que afecta a la vida de la Iglesia y repercute como santidad para todos». Destacó que la Lumen Gentium precisa que «la Iglesia… es a los ojos de la fe indefectiblemente santa».
#Semeraro: Vocazione di tutti alla #santità. Vocazione di tutti «nella Chiesa» perché la Chiesa è tutta chiamata alla santità. Ogni santità non è mai individuale ma sempre ecclesiale che incide sulla vita della #Chiesa e si riverbera come santità per tuttihttps://t.co/I77l0k70Sw
— Dicastero delle Cause dei Santi (@CauseSanti) November 10, 2022
«Todos en la Iglesia, tanto si pertenecen a la jerarquía como si son gobernados por ella, están llamados a la santidad, que se manifiesta y debe manifestarse en los frutos de gracia que el Espíritu produce en los fieles y se expresa de diversas formas en cada uno de los que tienden a perfeccionar la caridad en su propia línea de vida y a edificar a los demás», sostuvo el cardenal Semeraro. Al referirse a la santidad canonizada, sostuvo que «la finalidad de la Iglesia al beatificar y canonizar, es a través de la autoridad del Papa, ofrecer a la imitación de los fieles, a su veneración e invocación a aquellos hombres y mujeres juzgados distinguidos por el esplendor de la caridad y de todas las demás virtudes evangélicas». Por otro lado, se plantea la cuestión de la relación entre la llamada universal a la santidad y la declaración oficial de la Iglesia en las beatificaciones y canonizaciones.
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