Stephen Schneck, miembro de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), habla del acuerdo China-Santa Sede, en una reciente entrevista con ‘Crux’, tras indicar que la entidad está «tremendamente decepcionada» con la decisión tomada de renovar por otros 2 años el acuerdo provisional sobre los nombramientos de obispos en el país de Asia Oriental, el 22 de octubre pasado.
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«Ciertamente entiendo como católico que el Vaticano está jugando a largo plazo aquí y no pensando en las circunstancias inmediatas, pero creo que estos acuerdos no produjeron ninguna mejora en la libertad religiosa para los católicos en China, y creo que la Santa Sede debería realmente repensar su decisión de bailar con —el presidente Xi Jinping— en todo este asunto», sostuvo el comisionado de la USCIRF. «No puedo imaginar que lo que está ocurriendo ahora valga la pena en el futuro», consideró. «Me atrevería a decir, y esta es mi opinión personal, que me parece que China puede estar utilizando este acuerdo para reprimir aún más a los católicos clandestinos en China, y si esa es la situación, entonces el Vaticano está realmente perdiendo terreno con China», indicó Schneck a ‘Crux’, en la entrevista publicada el miércoles 26 de octubre.
El comisionado de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, agencia independiente y bipartidista que asesora al gobierno estadounidense e investiga las violaciones de la libertad religiosa en todo el mundo, se refirió a las detenciones de alto perfil en los últimos años de católicos como el cardenal y obispo de emérito de Hong Kong, Joseph Zen, de 90 años, quien es un crítico abierto del acuerdo del Vaticano con China. El purpurado fue detenido en mayo pasado, junto con otros activistas por la democracia. Actualmente, es juzgado por no haber registrado correctamente un fondo para proporcionar ayuda legal a los manifestantes pro-democracia. «Estoy muy preocupado. Es realmente difícil imaginar que, independientemente de lo que puedan esperar a largo plazo, la situación inmediata sobre el terreno en China para los católicos es algo que debería preocupar a la Santa Sede», denunció Schneck.
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