Francisco destaca la importancia de «dialogar con el Señor», tras indicar que allí donde «aprendemos a entender lo que realmente queremos de nuestra vida», durante la audiencia general del miércoles 12 de octubre, frente a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, donde continuó con su catequesis sobre el discernimiento. El Papa se centró esta vez en la importancia del «deseo» de alcanzar aquello que Dios quiere de nuestra vida.
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Aseguró que «los obstáculos y los fracasos no ahogan el auténtico deseo, al contrario, lo hacen aún más vivo en nosotros». Defendió que aquel que no desea «está enfermo o muerto» y recordó la frase «más importante que ser bueno es tener el deseo de llegar a serlo». «Llama la atención que Jesús, antes de realizar un milagro, suele interrogar a la persona sobre su deseo. Y a veces esta pregunta parece fuera de lugar. Al dialogar con el Señor, aprendemos a entender lo que realmente queremos de nuestra vida», reflexionó el Pontífice.
«A menudo, es precisamente el deseo lo que marca la diferencia entre un proyecto exitoso, coherente y duradero, y los miles de deseos y buenas intenciones con los que, como se dice, ‘está empedrado el infierno’. La época en la que vivimos parece favorecer la máxima libertad de elección, pero al mismo tiempo atrofia el deseo, reducido en su mayoría al deseo del momento», lamentó el Papa Francisco, quien destaca la importancia de dialogar con el Señor. Invitó a pensar qué responderían si el Señor les hiciera hoy la pregunta que le hizo al ciego de Jericó: «¿Qué quieres que haga por ti?».
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