El arzobispo de Mandalay, Marco Tin Win, indicó que la Iglesia en Birmania cuenta con 5 centros para desplazados en parroquias en esta jurisdicción eclesiástica, los cuales creó frente a la situación que atraviesa el país, después de un año y medio del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021. El prelado recordó en una reciente entrevista que los bombardeos que el ejército ejecuta sobre zonas pobladas por civiles afectan también a las pagodas, las iglesias y las escuelas.
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«Puedo decir que la mitad del territorio de la arquidiócesis de Mandalay está afectada por los combates. El pueblo está sufriendo. Hay muchos desplazados internos, cristianos y budistas, y creamos 5 centros para los desplazados en 5 parroquias católicas; estamos haciendo lo que podemos para ayudar a aliviar el sufrimiento», afirmó el arzobispo de Birmania, al referirse a los 5 centros para desplazados con los que cuenta la Iglesia. Enfatizó que «las iglesias, los monasterios y las escuelas siguen recibiendo a personas indigentes y desesperadas» y «a veces, los militares atacan lugares de culto bajo la sospecha de que las fuerzas de la resistencia se esconden allí».
Destacó que para los bautizados, además, «la fe en particular es fuente de gracia y de fuerza». «La fe nos dice que hay una gracia que Dios nos da incluso en este sufrimiento. Las iglesias, a pesar del peligro, están llenas. La gente va a la iglesia y reza intensamente, sintiendo un profundo consuelo espiritual que sólo Dios puede dar. Los fieles se reúnen para rezar el Rosario todos los días y se entregan al servicio del prójimo, especialmente de los enfermos, los heridos o los más vulnerables. Los sacerdotes y los religiosos acompañan a las familias y a las comunidades en su precariedad, caminan con ellas, son como Jesús con los discípulos de Emaús. ‘Estamos con ustedes’, dicen a las familias refugiadas. Los budistas también destacan esta entrega», aseguró.
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