‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: BOSNIA-HERZEGOVINA.
Por Jennifer Almendras.
Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2021’ (ILR) recordó que «en 1995, tras tres años de guerra, se firmó en Dayton —Estados Unidos— el Acuerdo Marco General para la Paz en Bosnia y Herzegovina que constituyó a Bosnia y Herzegovina como una confederación de facto entre Bosnia y Herzegovina, mayoritariamente católica y musulmana, en las zonas oriental y central del país, y la República Srpska —serbia—, mayoritariamente ortodoxa, en el norte y el este». Indicó que «la mayor parte de los ciudadanos se identifican con uno de los tres grupos étnicos principales del país: croatas católicos, serbios ortodoxos y bosnios musulmanes; en Bosnia y Herzegovina la Iglesia y el Estado están separados conforme al artículo 14 de la Ley de 2004 sobre Libertad de Religión y Posición de las Iglesias y Comunidades Religiosas en Bosnia Herzegovina».
«La ley reconoce cuatro comunidades religiosas e Iglesias tradicionales: la comunidad islámica, la Iglesia ortodoxa serbia, la Iglesia católica romana y la comunidad judía. El 19 de abril de 2006 se firmó el Acuerdo Básico entre la Santa Sede y Bosnia y Herzegovina que entró en vigor el 25 de octubre de 2007. Este acuerdo reconoce la personalidad jurídica pública de la Iglesia católica —artículo 2— y garantiza una serie de derechos, entre ellos el de establecer colegios —artículo 14, 1— y centros de beneficencia —artículo 17, 1— y el de impartir formación religiosa en todos los colegios —artículo 16, 1—, y reconoce oficialmente los principales días festivos católicos —artículo 9, 1—. En abril de 2010, la Santa Sede y el Gobierno de Bosnia y Herzegovina firmaron otro acuerdo relativo a los miembros católicos de las Fuerzas Armadas del país», aseguró.
El ILR enfatizó que «bajo el gobierno comunista, el Estado se incautó de propiedades que las Iglesias y comunidades religiosas poseían y gestionaban». «La ley sobre libertad de religión lo constata y reconoce el derecho de las comunidades religiosas a la restitución de los bienes expropiados. A diferencia de otras antiguas repúblicas yugoslavas, el Parlamento de Bosnia y Herzegovina aún no ha legislado sobre esta cuestión. Hasta la fecha, se han devuelto muy pocos bienes a las distintas comunidades», indicó, tras recordar que en marzo de 2020, el cardenal Vinko Puljić, entonces arzobispo de Vrhbosna, afirmó que «las comunidades religiosas de Bosnia y Herzegovina esperan que se adopte una ley de restitución, ya que las propiedades fueron destruidas o incautadas por el Estado».
Incidentes y acontecimientos
«En un país en el que las tensiones políticas siguen siendo fuertes, los grupos religiosos y los miembros del clero soportan cierto nivel de violencia. Han aumentado los delitos de odio y los actos de vandalismo contra lugares y símbolos religiosos sin consecuencias para los autores, ya que las autoridades se han mostrado incapaces de mejorar las medidas de seguridad. Durante el período estudiado en este informe se han registrado varios incidentes. Entre ellos se cuenta un ataque contra una iglesia católica en Gradačac en marzo de 2019 y otro en junio del mismo año contra la iglesia ortodoxa de San Sabas en Blažui, en las inmediaciones de la capital, Sarajevo. En enero de 2020, el cementerio católico de Veresika, en Tuzla, sufrió un ataque vandálico», afirmó el informe.
Aseguró que «el islamismo es un reto importante para Bosnia y Herzegovina». «El Consejo de Muftíes de Bosnia y Herzegovina ha intentado incorporar a los grupos dirigidos por salafíes no registrados, llamados para-yamaat, que operan fuera de la jurisdicción de la comunidad islámica oficial. En 2019 quedaban unos 21 grupos de los 64 existentes en 2016. Cientos de bosnios se unieron al Estado Islámico de Irak y Siria después de 2012. En diciembre de 2019, fue repatriado un grupo de 25 bosnios en el que había 6 mujeres y 12 niños. En Jajce se desencadenó un grave conflicto entre la Iglesia católica y la comunidad islámica por las ruinas del campanario de la iglesia de Santa María y San Lucas. Después de la conquista de Bosnia por parte de los otomanos, la iglesia fue convertida en mezquita pero, tras sufrir varios incendios, a mediados del siglo XIX fue abandonada en ruinas. Clasificada como monumento nacional, tanto los católicos como los musulmanes reclaman la propiedad del lugar», explicó el ILR.
Futuro de la libertad religiosa
«No es probable que en los próximos dos años los derechos humanos, incluida la libertad religiosa, encuentren terreno abonado en un país en el que la identidad étnico-religiosa es tan importante», sostuvo. «Numerosos combatientes musulmanes extranjeros que entraron durante la guerra civil de la década de 1990 a luchar con el bando bosnio musulmán nunca se fueron. El regreso a Bosnia y Herzegovina de combatientes bosnios que se habían unido al grupo Estado Islámico también supone un motivo de preocupación. En enero de 2020, la Presidencia del Estado decidió permitir que sus ciudadanos volvieran a casa. Al mismo tiempo, conforme a una ley según la cual participar en guerras en el extranjero es un delito, desde enero de 2020 los tribunales locales han juzgado y condenado a 26 combatientes bosnios del Estado Islámico», alertó.
Indicó que en Bosnia-Herzegovina «el resultado de estas presiones en una sociedad tan fracturada hace suponer que el ya difícil entorno para la libertad religiosa sea aún más precario», tras precisar que «aunque cristianos y musulmanes siempre han convivido en relativa paz, la creciente emigración de familias católicas jóvenes combinada con el incremento de grupos islámicos fundamentalistas financiados desde el exterior —a pesar de los esfuerzos de los musulmanes locales para incorporar y mitigar la influencia de estos grupos extranjeros— esbozan un sombrío futuro para este derecho humano».
‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: BOSNIA-HERZEGOVINA.