Cerca de unos 20.000 peregrinos celebran a la Virgen de Lourdes en Alta Gracia, al llegar al santuario cordobés en la mañana del 11 de febrero pasado, día de las fiestas en su honor. Miles de peregrinos a pie se hicieron presentes en el lugar pese a las lluvias, aunque también llegaron numerosos vehículos y hasta un grupo de corredores. Hubo un operativo de seguridad y tránsito que permitió a los fieles llevar sus promesas y agradecimientos a Nuestra Señora de Lourdes, patrona de los enfermos. Se calcula que se movilizaron 50.000 personas durante el fin de semana.
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El arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, presidió la Misa central que fue concelebrada por el obispo auxiliar Pedro Torres. «Hoy venimos a su casa, por tantas veces que ella nos ha visitado en la nuestra y en nuestro corazón. Pero ustedes lo saben y yo también: necesitamos ir a la casa materna, ir a agradecer, ir a pedir, ir a comparecer, ir a curar nuestras heridas del camino, porque nuestra Madre no se queda en lágrimas», reflexionó Rossi, en la homilía de la Misa por la Virgen de Lourdes de Alta Gracia, a la que celebran cerca de unos 20.000 peregrinos.
El prelado animó a que, como Bernardita, «podamos sentir la sonrisa de la Virgen, que podamos sentir que la Virgen nos dice: ‘Acercate’». «Acercate a María, contale lo que pasa con tu corazón, pedile que ella te acompañe a donde está Jesús, que ella le susurre al oído a Jesús: ‘Este hijo, esta hija no tiene vino, o se le avinagró, o necesita de Tu mano, pero quiere hacer lo que Tú le digas’», reflexionó, al referirse a las bodas de Caná, cuando falta el vino.
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