La secretaria general de la ‘Association of Consecrated Women in Eastern and Central Africa’ (Acweca), organismo que reúne a las consagradas de los estados de habla inglesa del África central y oriental, Helen Bandiho, exhortó a las religiosas que «como mujeres de la Iglesia, en pleno cumplimiento de las normas y prestando mucha atención a protegernos», a reinventar su «enfoque para estar cerca de estas nuevas necesidades».
La hermana exhortó a las religiosas de Eritrea, Etiopía, Kenia, Malaui, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue, que recurran a sus carismas y reconsideren nuevas formas de permanecer cerca de los sectores más marginados de la sociedad de África ahora que el COVID-19 los dejó más expuestos. «En muchos países se cerraron las iglesias y se prohibieron todas las formas de reunión social, depende de nosotras las religiosas -por carisma cercanas a los niños, las mujeres, los pobres, las partes más vulnerables de la población-, encontrar nuevas formas de hacernos aún más cercanas a todos ellos, ahora que estar cerca se volvió muy complicado», indicó.
«Considero muy útil planificar y compartir nuevas formas de intervención que nos permitan estar cerca de los más pobres en esta nueva y dramática situación. En este momento vemos una nueva pobreza que se suma a la antigua, muchas personas luchan por comprender cómo comportarse para evitar el contagio o simplemente no les llega la información. Muchos otros perdieron el trabajo que ya era precario y, como resultado, son aún más fácilmente presas de explotadores sin escrúpulos y terminan aceptando cualquier tipo de empleo, incluso sin la más mínima seguridad», lamentó Bandiho.