Reabren la histórica iglesia ortodoxa de 22 cúpulas de la isla de Kiži, en Karelia, tras permanecer cerrada 40 años. El templo, que alberga la obra maestra del iconostasio dorado que fue tallado en madera al igual que todo el edificio, está dedicado a la Transfiguración del Señor y fue declarado patrimonio mundial por la Unesco, al ocupar el segundo lugar en Rusia, sólo después del centro histórico de San Petersburgo y por delante del Kremlin de Moscú.
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Suscríbase al boletín de VenL La reapertura, que se realizó el domingo 6 de junio, contó con una fiesta para los más pequeños, al invitar además a un coro religioso de niños a cargo del monasterio de Valaam, el gran santuario ruso del norte. Los chicos entonaron himnos litúrgicos y cantos tradicionales, después que reabren la histórica iglesia ortodoxa. La restauración del templo requirió cuidados por la particularidad del mismo, dado que fue construido sólo con hacha pero sin clavos, tras encastrar las piezas de madera como se hacía en la Rusia medieval. El restaurador ruso Aleksandr Opolovnikov, que estuvo a cargo en la década de 1950, sacó las tablas superiores con cubiertas metálicas para devolver al lugar de culto su aspecto original.
Opolovnikov colocó en el interior los andamios para las obras posteriores y cerró el edificio a los visitantes. El peso del complejo religioso es de 600 toneladas y se utilizaron más de 3.000 troncos de madera para restaurarlo. Las obras más delicadas fueron las del iconostasio, una obra maestra única y una de las mayores paredes de madera de imágenes sagradas del mundo. La altura central supera los 7 metros y la longitud supera los 24. El iconostasio consta de 4 filas de iconos, según la tradición de las procesiones de los santos en torno a Cristo y la Virgen María en la Deisis. El iconostasio se integra en toda la arquitectura de madera de la iglesia de la Transfiguración. La conservadora jefe de los museos del gran norte de Rusia, Anastasia Dibrova, consideró que el dorado que rodea cada imagen «transmite una sensación de calidez y pacificación».
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