Las autoridades restituyen a católicos de Rusia la iglesia de los santos Pedro y Pablo en Nóvgorod, la antigua ciudad del norte del país, a 200 kilómetros de San Petersburgo, después de 25 años de peticiones oficiales. El templo —devuelto a la Iglesia católica, su propietaria— se construyó en 1893 y fue clausurado en 1933 por bolcheviques que lo convirtieron en un cine.
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La escritura por la que se concedió la propiedad se firmó el 15 de marzo pasado y fue celebrada por los fieles con una Misa solemne, presidida por el obispo auxiliar del arzobispado de Moscú, Nikolaj Dubinin, responsable de la parte norte de la jurisdicción eclesiástica, que en los días previos se había desplazado al lugar para realizar una visita pastoral. La iglesia se encuentra en la calle central de San Petersburgo. Nóvgorod es la ciudad donde los rusos se unieron por primera vez con las variantes escandinavas para formar un nuevo estado en el siglo IX. Allí, los católicos deportados de Polonia, aproximadamente unas 2.000 personas, lograron edificar su propia iglesia en 1893, pero en 1933 fue cerrada por los bolcheviques, que la utilizaron como cine. Le dieron el nombre de Rodina, es decir, «la Patria».
Una pequeña comunidad de católicos locales volvió a reunirse allí en 1996 y comenzó a utilizar algunos espacios de la antigua iglesia para las celebraciones. Entre 2009 y 2010, los fieles obtuvieron fondos federales para restaurar las torres exteriores del templo católico que fueron destruidas durante el régimen soviético. Además, lograron que el edificio fuera reconocido como «monumento de valor federal». Tras largos trámites, finalmente los católicos vuelven a tener la propiedad. La comunidad católica se encuentra presentes en esa ciudad desde los primeros siglos de su fundación. En el siglo XI se tiene constancia de una iglesia de San Olaf para los mercaderes procedentes de los territorios bálticos y escandinavos y una de San Pedro para los alemanes, en el siglo siguiente. La comunidad católica se dispersó después del siglo XV, para renacer en el siglo XIX y resurgir tras el fin del comunismo.
Pese a restituyen a católicos de Rusia la iglesia de los santos Pedro y Pablo en Nóvgorod, permanecen las nuevas restricciones a la libertad religiosa de los católicos y otras comunidades religiosas minoritarias en Rusia. Tras varias apelaciones y numerosas correcciones, la Duma Estatal rusa decidió aprobar las enmiendas a la ley de libertad de conciencia y asociación religiosa, que establece que los religiosos que reciben formación en el extranjero estarán obligados a pasar por un proceso de «reeducación» al regresar al país. Luego, recibirán un «nuevo certificado profesional» que será otorgado por el Estado. Frente a esta situación, la única concesión obtenida fue la aplicación no retroactiva de la normativa, lo que implica que quienes ya hayan terminado sus estudios en el extranjero podrán continuar su ministerio sin otras restricciones.
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