Las congregaciones religiosas de Chile que pusieron sus casas a disposición para el tratamiento de los pacientes contagiados por el COVID-19, en varias localidades del país trasandino, mientras que el Arzobispado de Santiago agregó 15 nuevos espacios eclesiales, a las 4 casas ofrecida, para hacer frente a la crisis de salud y recibir a los enfermos y las personas que viven en las calles. Según el Ministerio de Sanidad, Chile tenía 2.738 casos positivos de coronavirus y 12 defunciones registradas, el 30 de marzo pasado.
«Chile y el mundo experimentan una seria realidad sanitaria. La propagación del COVID-19 a nivel global, cobró un número lamentable de víctimas y dejó en evidencia las necesidades y carencias de los diversos sistemas de salud. Este es un tema que nos involucra a todos y cada uno puede aportar a que este virus, que aqueja a tantos hermanos, no se siga expandiendo. Hoy estamos involucrados y vulnerados», indicaron el presidente de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile (Conferre), Héctor Campos, junto a la secretaria ejecutiva Sara Romero, a las instituciones religiosas para pedir la disponibilidad de sus propiedades, lo cual fue aceptado.
Los edificios puestos a disposición por las congregaciones religiosas en Chile fueron los de Hermanas del Buen Pastor, Clérigos de San Viator, Compañía de Jesús, Padres Mercedarios, Congregación de los Sagrados Corazones, Congregación Salesianos, Franciscanas Misioneras de Maria, Hermanos Maristas, Orden Franciscanos Menores, a los que se suma el edificio sede de la Conferre. El Arzobispado de Santiago, a cargo del prelado Celestino Aós, agregó 2 de sus edificios institucionales y 13 infraestructuras parroquiales. Aós inauguró el servicio telefónico y de videollamadas ‘Estamos Contigo’, que quiere escuchar y acompañar a las personas en la perspectiva de la fe – no solo cristianos -, que atraviesan este momento complejo frente a la pandemia.
