Nanjing Amity Printing Co, una gran imprenta de Nanjing que produce los libros sagrados, indicó en su contador que 89.000.000 de Biblias impresas en China sólo pueden ser distribuidas en comunidades cristianas sometidas al Partido Comunista. Nanjing Amity Printing Co es fruto de un proyecto conjunto entre una fundación china directamente vinculada al Movimiento de las Tres Autonomías y la Alianza Bíblica Universal —organismo que agrupa a las sociedades bíblicas de todo el mundo—, cuyo secretario general, Dick Gevers, visita Pekín, capital de un país donde se persigue a quienes las distribuyen sin el permiso del régimen.
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Nanjing Amity Printing Co, activa desde 1988, produce Biblias no sólo para las comunidades chinas, sino también para las confesiones cristianas de todo el mundo. En su sitio, un contador ofrece una actualización en tiempo real del número de ejemplares impresos, por lo que hasta el 1 de abril había más de 246.000.000, de los cuales 89.000.000 eran para quienes el régimen comunista autorizada en China, y los demás en todos los idiomas de 140 países del mundo. La visita de Gevers permitió consolidar este proyecto de cooperación, que actualmente cuenta también con una planta satélite en Etiopía.
Gevers se reunió con Chen Ruifeng, el nuevo responsable de la Administración de Asuntos Religiosos (SARA), así como con los responsables de los organismos católicos oficiales. La página oficial de la Asociación Patriótica dio noticia del encuentro de Gevers con Shen Bin, obispo de Haimen y presidente del Consejo de Obispos Chinos —órgano colegial no reconocido por Santa Sede—. De hecho, la comunidad católica también pudo beneficiarse del esfuerzo realizado por la Alianza Bíblica Universal para la difusión de la Biblia en China. Hubo énfasis en cómo las traducciones son un aspecto de la ‘sinicización’, la consigna del presidente Xi Jinping a las religiones.
‘Bitter Winter’, mientras esto ocurre, habló de un caso judicial en curso en Hohhot, capital de la Región Autónoma de Mongolia Interior. Este mes, algunos cristianos locales pertenecientes a estas comunidades serán juzgados por distribuir Biblias ‘ilegalmente’ y se enfrentan a penas de hasta 15 años de cárcel. los acusados reiteraron que se trataba de copias de Biblias impresas por Nanjing Amity Printing Co. que compraron al por mayor y distribuyeron a quienes no podían permitírselas, sin ninguna actividad comercial. La ‘ilegalidad’ se encontraría solamente en que quienes promueven la difusión de las Escrituras en chino son comunidades que no están registradas ni controladas por el gobierno comunista.
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