La Santa Sede modifica el rito del Miércoles de Ceniza, que se celebrará el 17 de febrero próximo, frente a la pandemia de coronavirus, tras difundir una nota con indicaciones sobre cómo se impondrá la ceniza. Las medidas anti-COVID incluyen, entre otras, que el sacerdote en el momento de imposición de la ceniza en la celebración no diga nada.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó una nota en la que explica la modificación del rito del Miércoles de Ceniza, para adaptarse a las medidas de seguridad sanitarias por el COVID-19. Indicó que «pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: ‘Convertíos y creed en el Evangelio’, o bien: ‘Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás’».
«Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar», explicó, al precisar que «asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada». El texto fue firmado el martes 12 de enero por el cardenal y prefecto de la Congregación del Culto Divino, Robert Sarah, y el arzobispo secretario, Arthur Roche.
Nota sobre el Miércoles de Ceniza en PDF.
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