Obispos de Colombia: «Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada»

El presidente de la Comisión de Promoción de Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, Francisco Antonio Ceballos, recordó que una acción u omisión con la intensión de provocar la muerte para suprimir el dolor se constituye en un homicidio. «Es que no hay enfermos incuidables, aunque sean incurables», ratificó el prelado.

Los obispos de Colombia precisaron que «los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada», tras la reciente expedición en días pasados de la nueva resolución 971 del Ministerio de Salud, en la que se establecen los procedimientos para tramitar las solicitudes de eutanasia. El obispo de Riohacha y presidente de la Comisión de Promoción de Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Francisco Antonio Ceballos, indicó que una acción u omisión con la intensión de provocar la muerte para suprimir el dolor se constituye en un homicidio.

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Reiteró que el Catecismo de la Iglesia Católica afirma al respecto que «las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible». «Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa es moralmente inaceptable, por tanto una acción u omisión que, de suyo o en intención provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto divino de su creador», recordó Ceballos, en representación de los obispos de Colombia, al destacar que para las personas en condiciones de salud delicadas «los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada».

Aseveró que antes que pensar en la eutanasia se debiera alentar en el mundo de la medicina y la jurisprudencia a los cuidados paliativos en las personas enfermas, lo cual «sí es ayudar a morir con dignidad». El presidente de la Comisión de Promoción de Defensa de la Vida de la CEC enfatizó que la medicina paliativa se propone humanizar el proceso de la muerte y acompañar hasta el final. «Es que no hay enfermos incuidables, aunque sean incurables», ratificó el prelado.

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