NO ES DIOS DE MUERTOS, SINO DE VIVOS.
Por Mario Ortega.
Lc 20, 27-40. No es Dios de muertos, sino de vivos. Sábado de la semana 33 del TO
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección y le preguntaron:
-Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.
Jesús les contestó:
-En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos, no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: «Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob». No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están vivos.
Intervinieron unos letrados:
-Bien dicho, Maestro.
Y no se atrevían a hacerle más preguntas.
Síganos en el canal de WhatsApp
Colabore con Verdad en Libertad
Son hijos de Dios porque participan de la resurrección
- El episodio evangélico de hoy nos muestra a un grupo de saduceos, una secta judía que no creía en la resurrección, acudiendo a Jesús para plantearle un caso bastante surrealista: Un hombre con seis hermanos, se muere sin hijos. La ley de Moisés mandaba que la viuda se casase con otro de los hermanos para darle descendencia. Lo hace, y también muere éste. La mujer se vuelve a casar sucesivamente con todos y todos mueren. Los saduceos le preguntan a Jesús: En la presunta vida eterna (puesto que ellos no creían en ella), ¿de quién de los siete será esposa esta mujer?
- Jesús contesta con claridad afirmando la resurrección y la vida eterna, que va más allá de nuestros esquemas de este mundo: allí los hombres y las mujeres no se casarán, porque serán como ángeles, es decir, Dios llenará plenamente su vida. Son hijos del Dios vivo porque son hijos de la resurrección… Dios es Dios de vivos. Quien cree verdaderamente en Él, no puede aceptar que la muerte sea el final de la vida humana. Por eso, los fariseos, al no aceptar la resurrección sólo piensan en clave de muerte: una tras otra, la de los siete hermanos de su historia… sin solución.
- Y no, Dios no es así. Dios es Dios de vivos. Dios es eterna vida y si nos ha dado la vida en este mundo es porque nos tiene reservada también una morada en la eterna, con Él. Y la puerta abierta a esa vida eterna para nosotros no es otra que Jesucristo mismo, resucitado y vencedor definitivo sobre la muerte. La historia de los saduceos es la de quienes no aceptan a Cristo Resucitado, la de la cultura de la muerte. La historia del verdadero cristiano es la que camina hacia la Vida en Cristo Jesús vivo, resucitado.