El arzobispo Kondrusiewicz regresó a Bielorrusia y celebró Misa de Navidad en la catedral

El arzobispo de Minsk-Mogilev, Bielorrusia, Tadeusz Kondrusiewicz, estuvo 4 meses en el exilio, tras ser acusado de conspirar supuestamente con fuerzas extranjeras, contra el gobierno de su país. El prelado, al cruzar la frontera, se arrodilló y besó el suelo bielorruso. También agradeció al Papa Francisco y al nuncio, Ante Jozic, por su regreso.

El arzobispo Kondrusiewicz regresó a Bielorrusia
Foto: Reuters.

El arzobispo de Minsk-Mogilev, Tadeusz Kondrusiewicz, regresó a Bielorrusia, dio una conferencia de prensa en la catedral del Santísimo Nombre de María y luego celebró Misa de Navidad en el templo, el 24 de diciembre pasado. Kondrusiewicz estuvo 4 meses en el exilio, tras ser acusado de conspirar supuestamente con fuerzas extranjeras, contra el gobierno de su país. El prelado, al cruzar la frontera, se arrodilló y besó el suelo bielorruso. También agradeció al Papa Francisco y al nuncio, Ante Jozic, por su regreso.

«¡Es mi tierra! ¡Crecí aquí! Nunca dije nada en contra de Bielorrusia, siempre defendí sus intereses, y lo seguiré haciendo en el futuro», precisó el también presidente de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia, con la voz quebrada por las lágrimas. Explicó las razones de su visita a Polonia, por la que fue acusado de «ir a recibir órdenes», según los dichos del presidente Aleksandr Lukashenko. «No hay ningún secreto sobre esto: fui a la primera comunión de los hijos de uno de mis parientes. —La celebración— estaba programada para mayo, pero debido a la pandemia se aplazó. Aproveché la oportunidad para hacerme un chequeo médico, ya que el año pasado tuve una operación muy compleja para estabilizar la columna vertebral. Me dijeron que me controlara de vez en cuando, y ahora estoy bien después de esa operación», indicó.

Indicó que durante los meses en Polonia leyó comentarios sobre la situación en su patria. «El pastor debe permanecer con los suyos, aunque hoy, gracias a los modernos medios de comunicación, es mucho más fácil mantenerse en contacto», sostuvo, pese a la situación que atravesó. Kondrusiewicz pudo realizar retiros y conferencias a través de Internet, que tuvieron más de 40.000 visitas, «un número enorme de personas, que es difícil de reunir en vivo». Su regreso fue posible tras las negociaciones entre la Nunciatura y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia. Por otro lado, durante la noche del 24 de diciembre, el prelado celebró una Misa solemne en la catedral, a la que asistieron el nuncio Jozic, y el vicario general del arzobispado de Minsk-Mogilev, Jurij Kosobutskij. La misa también fue transmitida en línea, para más de 4.000 espectadores.

Kondrusiewicz recordó en la homilía que «las puertas de la ex Unión Soviética, donde el ateísmo militante reinó durante 3 generaciones, se abrieron a Cristo». «Tenemos libertad, y esto incluye la religión. Desafortunadamente, pronto olvidamos que la libertad no es sólo un regalo, sino también una responsabilidad. Por consiguiente, fuimos encantados por el becerro de oro de la prosperidad material, los placeres y la libertad ilimitada sin responsabilidad moral, y comenzamos a adorarlo… Por lo tanto, queridos hermanos, abramos nuestra puerta a Jesús, que nació para inaugurar el ministerio de la Iglesia, y dejemos que nos visite», imploró.

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