Los obispos de las diócesis que se encuentran en Bogotá, el obispado castrense y el exarca maronita en Colombia pidieron la reapertura de los templos a partir del 1 de septiembre, con el compromiso de implementar los protocolos de bioseguridad que propuso el gobierno para el sector religioso frente a la pandemia. Hasta el 31 de agosto, se reportaron en Colombia 607.938 casos de infectados por coronavirus.
Los prelados recordaron la importancia de la celebración comunitaria de la fe, para la salud física, psíquica y espiritual de un alto porcentaje creyente de la población de la capital de Colombia, en un comunicado dirigido al presidente Iván Duque y distintas autoridades. El texto fue firmado por el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, el obispo de Fontibón, Juan Vicente Córdoba, el obispo de Engativá, Francisco Nieto, el obispo castrense, Fabio Suescun, entre otros. Los obispos de Bogotá, tras pedir la reapertura de los templos, reiteraron el compromiso de la Iglesia en medio de la crisis que enfrenta el país y que evidenció en la asistencia psicosocial y espiritual a las personas, el servicio para aportar a la nutrición de los más vulnerables y el llamado constante que se hizo a la feligresía para promover el cuidado de la vida y de la salud.
Explicaron que los protocolos de bioseguridad no generan condiciones de riesgo superiores a las de otros sectores cuya apertura ya fue aprobada. «Nuestras iglesias son construcciones que tienen alturas y volúmenes suficientemente amplios; suelen ser en muchos barrios y sectores de la ciudad las instalaciones locativas más grandes, confortables y aireadas», afirmaron los prelados, al indicar que todas las parroquias de la ciudad cuentan con un número importante de voluntarios dispuestos a colaborar de manera eficaz en la implementación de las normas de prevención para la propagación del COVID-19.