«Católicos nicaragüenses vivimos bajo el terror, el miedo y la angustia»

María, nombre ficticio de una laica para preservar su seguridad, se refirió a la situación que atraviesan bajo la dictadura sandinista. «Los sacerdotes están siendo perseguidos, personas llegan a las eucaristías a grabar las homilías; no se puede pedir por la libertad de monseñor Rolando Álvarez. Formo parte de un grupo de oración que se reúne semanalmente y en los últimos días fuimos vigilados por un paramilitar que va armado», explicó.

«Católicos nicaragüenses vivimos bajo
Foto: AFP.

Una laica nicaragüense se refirió a la situación que atraviesan los católicos bajo la dictadura sandinista, que pretende silenciar a la Iglesia en el país, en diálogo con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Indicó que en el país la religiosidad popular es muy fuerte, puesto que las procesiones públicas por barrios urbanos y zonas rurales fueron un medio de los fieles para vivir la fe y fortalecerla. Este año es la primera vez de la historia de Nicaragua en el que el régimen limitó las procesiones y la celebración del tradicional Vía Crucis.

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«Este tiempo de persecución es un tiempo penitencial, los nicaragüenses vivimos bajo el terror, el miedo y la angustia», indicó María, nombre ficticio de la laica para preservar su seguridad. «Se prohibió el ejercicio de piedad popular como es el Vía Crucis o procesiones, ya no salen de las parroquias a las calles. Los sacerdotes están siendo perseguidos, personas llegan a las eucaristías a grabar las homilías; no se puede pedir públicamente por la libertad de monseñor Rolando Álvarez. Formo parte de un grupo de oración que se reúne semanalmente y en los últimos días fuimos vigilados por un paramilitar que va armado con pistola bajo la camisa», explicó la joven.

Sostuvo que pese a la situación siguen «buscando formas de mortificación, la Confesión, el rezo del Vía Crucis en nuestras casas, en las parroquias, la asistencia a la Misa el domingo». «A pesar de los asedios a las parroquias, nuestra devoción continúa siendo muy fuerte. Los nicaragüenses tenemos 3 amores: Jesús en la Eucaristía, la Purísima —devoción a María Inmaculada—y los pastores —el Papa, los obispos y los sacerdotes—. Ellos tienen nuestras oraciones», afirmó. «Estamos seguros que el clamor de este pueblo será escuchado por Dios. El miedo no nos paraliza mientras tengamos fuerzas para arrodillamos y alzar nuestras manos a Dios  rogando a Quien todo lo puede», ratificó.

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