Católicos de Tailandia asisten a refugiados que huyen de Birmania

El obispo de Chiang Mai, Francis Xavier Vira, explicó que el equipo diocesano de voluntarios lleva ayuda y promueve iniciativas de solidaridad en 2 localidades cercanas a la frontera entre entre ambos países. «Los refugiados están en una situación desesperada», afirmó la religiosa y presidenta de la Federación de Superiores Religiosos de Tailandia, Aranya Kitbunchu, que dirige la operación de ayuda con la colaboración del obispado de Chiang Mai y Caritas Tailandia.

Católicos de Tailandia asisten a refugiados
Foto: Facebook Chiang Mai Diocese.

Católicos de Tailandia asisten a refugiados que huyen de Birmania y se esconden en la selva cerca del río Thanlyin, que marca la frontera entre ambos países. La emergencia de los refugiados en la frontera entre Birmania y Tailandia comenzó el 27 de marzo pasado, cuando los militares lanzaron varios ataques aéreos nocturnos sobre 5 zonas del municipio de Lu Thaw, en el distrito de Mutraw, en el que mataron a 3 civiles e hirieron a otros 7. Los ataques obligaron a más de 10.000 personas a esconderse en el bosque, mientras otras 3.000 personas más de la etnia karen buscaron refugio en el país limítrofe.

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El obispo de Chiang Mai, Francis Xavier Vira Arpondratana, precisó que el equipo diocesano de voluntarios formado por laicos, sacerdotes y religiosas lleva ayuda y promueve iniciativas de solidaridad en 2 localidades cercanas a la frontera entre Tailandia y Birmania, justo al sur del Parque Nacional de Salawin. Vira exhortó a las distintas comunidades religiosas de Tailandia a acudir con ayuda en dinero, agua, alimentos, medicinas y otros bienes necesarios para distribuirlos entre las personas que huyen del conflicto en Birmania, que vienen del estado de Kayin, que es el estado de la etnia Karen.

La religiosa y presidenta de la Federación de Superiores Religiosos de Tailandia, Aranya Kitbunchu, dirige la operación de ayuda con la colaboración del obispado de Chiang Mai y Caritas Tailandia. La hermana coordina a los fieles católicos y a los representantes de varias congregaciones religiosas que asisten a refugiados en Tailandia. «Los refugiados están en una situación desesperada: necesitan alimentos, agua, medicinas y otros servicios básicos para sobrevivir en estos tiempos difíciles», indicó Kitbunchu. En febrero pasado, hubo un golpe de Estado en Birmania que depuso al gobierno de Aung San Suu Kyi. Además de las protestas en el país contra este hecho, los combates entre los militares de Birmania y varios ejércitos de minorías étnicas, como la Karen National Union (KNU), se reavivaron a pesar de la represión.

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