El cardenal y prefecto emérito de la Congregación —hoy Dicasterio— para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, repudió que «cualquier buen obispo ortodoxo esté bajo agresión y que otra gente que está haciendo muchas cosas erradas, herejías, reciben una actitud de tolerancia desde Roma», el jueves 5 de octubre, en diálogo con el periodista Raymond Arroyo del canal norteamericano ‘EWTN’. El purpurado alemán habló de los trabajos sinodales, mientras participa en el Sínodo de los Obispos por designación directa de Francisco.
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Reiteró que «los obispos son instituidos por Jesucristo en el sacramento de la ordenación y consagración episcopal y no son los delegados del Papa». «Solo en el caso de que algo vaya mal, en la doctrina o en la moral, se puede hacer un investigación sobre su comportamiento pero no una visita solo para disciplinar —al referirse a la investigación del Vaticano al obispo de Texas, Joseph Strickland—», aseguró, al explicar que un obispo no es que deba ser conservador, sino que debe ser «ortodoxo», es decir, defender la Doctrina del Evangelio y el depósito de la fe.
«Critiqué abiertamente que es una pena que cualquier buen obispo ortodoxo esté bajo agresión y que otra gente que está haciendo muchas cosas erradas, herejías, reciben una actitud de tolerancia desde Roma», lamentó. El periodista Raymond Arroyo le preguntó sobre unas palabras que había dicho el cardenal argentino y prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, sobre un carisma único que era sólo de Francisco. «¿La persona del Papa tiene una doctrina o magisterio único para sí mismo?», cuestionó Arroyo. «No existe la doctrina de los papas, porque existiendo la Iglesia solo la doctrina de Jesucristo y la doctrina de los Apóstoles, y de la Iglesia, los papas y los obispos son promotores de esta doctrina, pero no tienen sus doctrinas propias (…)», enfatizó.
Afirmó que es «claro que el Papa tiene una autoridad especial en la Iglesia de acuerdo con nuestra fe católica, pero no es una persona que recibe nuevas revelaciones». Recordó que cuando Benedicto XVI escribió un libro sobre Jesucristo, distinguió que algunos aspectos eran «su propia opinión teológica». «Por lo tanto, esta idea del nuevo Prefecto de la Doctrina de la Fe es una idea muy nueva, especial, y nunca escuché de ella y fui 16 años profesor de dogmática y nunca leí nada de este carisma especial», explicó el purpurado.
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