El cardenal estadounidense y prefecto emérito de la Signatura Apostólica, Raymond Burke, precisó que «el Sínodo esconde una agenda más política que eclesial y divina», en el discurso titulado ‘La sinodalidad frente a la verdadera identidad de la Iglesia como comunión jerárquica’, en la conferencia internacional ‘La Babel sinodal’, organizado por la ‘Brújula Cotidiana’ en Roma, en el Teatro Ghione, el martes 3 de octubre. El purpurado fue uno de los firmantes junto con los cardenales Walter Brandmüller, Juan Sandoval, Robert Sarah y Joseph Zen de los nuevos 5 dubia sobre asuntos de doctrina y disciplina presentados al Papa, que se publicaron el lunes 2 de octubre, antes del Sínodo de la Sinodalidad —que comenzó el miércoles 4 de octubre—.
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Suscríbase al boletín de VenL«Es clara la voluntad de modificar la constitución jerárquica de la Iglesia, con el consiguiente debilitamiento de la enseñanza en materia moral. El mismo proceso utilizado en Alemania», denunció Burke. «Desgraciadamente, está muy claro que la invocación del Espíritu Santo por parte de algunos tiene por objeto hacer avanzar una agenda más política y humana que eclesial y divina. La agenda de la Iglesia es una y única, a saber, la búsqueda del Bien Común de la Iglesia, es decir, la salvación de las almas, la salus animarum que in Ecclesia suprema semper lex esse debet… Con frecuencia se dice que la insistencia en la sinodalidad de la Iglesia no es más que reivindicar una característica eclesial que siempre ha conservado la Iglesia oriental. Tengo contacto regular con obispos y sacerdotes orientales, tanto católicos como ortodoxos, y todos me han dicho que la forma en que se organiza el sínodo no tiene nada que ver con los sínodos orientales», sostuvo.
Explicó que «esto se aplica no sólo al lugar que ocupan los laicos en estas asambleas, sino también, de forma más general, a su funcionamiento e incluso a los temas que abordan». «Por todo lo que he observado y en lo que estamos profundizando para nuestra conferencia de hoy, yo, junto con otros 4 cardenales, Walter Brandmüller, Juan Sandoval, Robert Sarah y Joseph Zen, cada uno de diferentes continentes, presentamos al Soberano Pontífice, durante el verano, unos dubia para aclarar una serie de puntos fundamentales pertenecientes al depósito de la Fe que hoy están siendo cuestionados, especialmente en la continuación de la llamada sinodalidad. Muchos hermanos en el episcopado y también en el Colegio Cardenalicio apoyan esta iniciativa, aunque no figuren en la lista oficial de firmantes», ratificó, al referirse a la publicación de los ‘dubia’.
«Hoy —ayer— ha aparecido en ‘Il Giornale’ un artículo del vaticanista Fabio Marchese Ragona sobre los dubia presentados al Papa Francisco. Al final del artículo, cita comentarios sobre los dubia de ‘dos padres sinodales’ a los que entrevistó. Cito el comentario: ‘Lo sentimos mucho, ¡los tiempos de la Iglesia no son los tiempos de estos hermanos! No pueden dictar el orden del día al Papa, causando heridas y minando la unidad de la Iglesia. Pero ya estamos acostumbrados: sólo quieren hacer daño a Francisco’. Estos comentarios revelan el estado de confusión, error y división que impregna la sesión del Sínodo de los Obispos que comenzará mañana —hoy—. Los 5 dubia tienen que ver exclusivamente con la doctrina perenne y con la disciplina de la Iglesia, no con la agenda del Papa. No tratan de ‘tiempos’ pasados. El lenguaje es muy revelador de la mundanidad de la visión. Tampoco se refieren a la persona del Santo Padre. De hecho, por su propia naturaleza son una expresión de la debida veneración al Oficio Petrino y al Sucesor de San Pedro», enfatizó Burke.
Aseveró que «estos comentarios parecen reflejar un error fundamental expresado recientemente por el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en una entrevista que concedió a Edward Pentin, del ‘National Catholic Register’». «Durante la entrevista afirmó que, además del depósito de la Fe, el Romano Pontífice tiene un ‘don vivo y activo’ que se traduce en lo que él llama ‘la doctrina del Santo Padre’. Además, acusa de herejía y cisma a quienes critican esta ‘doctrina del Santo Padre’. Pero la Iglesia nunca ha enseñado que el Romano Pontífice tenga un don especial para constituir su propia doctrina. El Santo Padre es el primer maestro del depósito de la fe, que es en sí mismo siempre vivo y dinámico. Hay que reflexionar sobre la gravedad de la situación eclesial cuando el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe acusa de herejía y cisma a quienes piden al Santo Padre que ejerza el Oficio Petrino para salvaguardar y promover el depositum fidei», afirmó.
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