CANNABIS Y MEDICINA TRADICIONAL: LIBERTAD, SOCIABILIDAD Y SUBSIDIARIEDAD DE ESTE TIPO DE FITOTERAPIA (6).
Continuación de Cannabis y medicina tradicional (5).
La medicina tradicional (MT) es un producto cultural autóctono, no generalizable, capaz de ser efectivo para mitigar algún síntoma. De ahí que una MT genuina bien puede ser objeto de la subsidiariedad, de hecho lo es. Pero no hay que confundir el acceso a tratamientos no convencionales producto de la libertad de elección, con tener a la MT como única opción. En esta última condición suelen encontrarse los enfermos pobres, marginales, excluidos del sistema, o de países donde no hay otro recurso disponible que la fitoterapia. Esta situación quebranta la sociabilidad y amenaza la dignidad humana. La cannabioterapia que excluye tratamientos estándares, no respeta, e interfiere en el proceder de la MC, dista de ser una aplicación genuina de MT.
La ilegalidad de las organizaciones comunitarias, el suministro de cannabis sin asesoramiento profesional, el incentivo de la automedicación y la sola rotación del uso de drogas sin encarar un tratamiento a fin, vulneran los lazos de cohesión de la comunidad, por consiguiente, cabe cuestionarse la obligación social de subsidiar estas actividades.
Las prácticas modernas de MT carecen de historia y de tradición; sus saberes provienen de la Internet o de los medios de comunicación, cambiando el criterio de elección del medicamento: la experiencia histórica va sustituyéndose por la popularidad. De ahí que debe extremarse el cuidado al replicar la información e identificarse motivos encubiertos detrás del patrocinio del cannabis medicinal. Podríamos estar viendo apenas la punta del iceberg de la naturalización del consumo de drogas o el presagio de un negocio muy lucrativo.
Finalmente, propongo analizar este recurso terapéutico de una manera sabia, iluminada por los primeros principios y orientada al fin último del ser humano. Para eso no basta la inteligencia, sino que hay que agregarle sal de caridad. La voluntad virtuosa de la caridad permite conmovernos y compadecernos con el sufrimiento ajeno, hacernos semejantes por analogía, sufrir junto al otro y potencializarnos a través del otro. Es ahí cuando aparece la ayuda al sufriente. Ayuda que debe ser posible y eficaz. Posible por lícita y accesible. Eficaz con igual —o mejor— efecto y menor riesgo. Nos toca buscar los medios que la garanticen.
Conclusiones
El cannabis como medicina tiene historia milenaria. La fitoterapia con marihuana puede paliar síntomas como el dolor, aunque la evidencia científica no es categórica y su uso es inseguro por generar severos efectos adversos psico-somáticos y psico-sociales. Hay múltiples advertencias acerca de la imposibilidad fáctica de regular el autocultivo. Esta fitoterapia desarmoniza con algunos aspectos éticos de la medicina tradicional y expone a la persona y a la comunidad a riesgos graves. Por tales motivos, el Cannabis sativa L. no debería ser considerado una planta medicinal de uso común.
El documento fue publicado originalmente en Biblioteca digital de la UCA en 2015.
CANNABIS Y MEDICINA TRADICIONAL: LIBERTAD, SOCIABILIDAD Y SUBSIDIARIEDAD DE ESTE TIPO DE FITOTERAPIA (6).