La administración Biden quitó a los franciscanos la atención pastoral del centro sanitario militar Walter Reed National de Bethesda, Maryland, la cual prestó durante casi 2 décadas. En lugar de renovar el contrato, que expiraba el 31 de marzo pasado, el hospital anunció que contrataría a la empresa laica Mack Global, que comercializa puertas estancas y equipamiento para gimnasios, en lugar de a los frailes. Los congresistas de Estados Unidos exigieron explicaciones tras conocerse la decisión.
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Suscríbase al boletín de VenLEl ‘Holy Name College Friary’ de Silver Spring, Maryland, recibió el 4 de abril, durante la Semana Santa, una orden de cese y desistimiento que le ordenaba interrumpir los servicios que brindaba en el ‘Walter Reed National’. Chris Smith, congresista republicano por Nueva Jersey y católico, acusó a la administración de «falta de consideración hacia las necesidades y derechos religiosos de los miembros del servicio» y precisó tener «serias dudas» sobre la capacidad de una organización laica para proporcionar a los católicos la atención pastoral que necesitan, en una carta al secretario de Estado, Lloyd Austin. Más de 2 docenas de legisladores enviaron una carta similar a Austin, el 11 de abril pasado, en la que solicitaron información sobre la decisión del departamento.
«Sacerdotes y pastores guiaron a nuestras tropas en los días más oscuros de nuestras batallas más duras», explicó en un comunicado la representante Mary Miller, republicana por Illinois, que encabezó la coalición. «La administración Biden eligió el fin de semana de Pascua para echar a los sacerdotes católicos de Walter Reed, violando su derecho de la Primera Enmienda al libre ejercicio de la religión», sostuvo Miller. El arzobispo castrense y presidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos (USCCB), Timothy Broglio, indicó que «es incomprensible que se prive de una atención pastoral esencial a los enfermos y ancianos cuando estaba tan fácilmente disponible». «Espero sinceramente que se ponga remedio de inmediato a este desprecio por los enfermos y se respeten sus derechos amparados por la Primera Enmienda», afirmó Broglio.
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