Fray Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, presidió la Misa por la fiesta de la Visitación de María Santísima a su prima Isabel en Ein Karem, Jerusalén, el 31 de mayo pasado. Precisó que se canta el magnificat donde la humilde muchacha de Nazaret, madre de todos los pueblos, con su perfecto acto de fe nos ayuda a confiar en Dios.
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Suscríbase al boletín de VenL«Cantamos este canto profético con la certeza de que Dios continúa mostrando el poder de su brazo para demostrar su misericordia, pero también para dispersar a los orgullosos que creen tener un poder incondicional. Sin restricciones y sin tener que responder ante nadie. Dios continúa derrocando a los poderosos de sus tronos y exaltando a los humildes incluso en nuestros días», aseguró.
Patton sostuvo que «este canto nos recuerda que, si miramos la historia con fe, y si somos personas que realmente leen el presente a la luz de lo que Dios ya ha hecho y lo que Dios ha prometido, no podemos ser pesimistas, ni estar tristes, ni desanimarnos, sino que podemos caminar con esperanza y transmitir esperanza».
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