El arzobispo de Quito y Primado de Ecuador, Alfredo Espinoza, presidió una Misa para concluir una asamblea que se realizó recientemente como preparación al 53 Congreso Eucarístico Internacional en el país, que se llevará a cabo del 8 al 15 de septiembre de 2024, por los 150 años de la Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús. En el evento participaron delegados de las Conferencias Episcopales de 35 países, entre cardenales, obispos, sacerdotes y laicos; y también autoridades pontificias.
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El prelado indicó que el Corazón traspasado de Jesús sana el odio y la violencia. «El Corazón de Jesús en la Cruz es el altar universal que nos atrae a todos hacia Él. El corazón traspasado y las llagas abiertas del Señor Resucitado se convierten en estas nuevas heridas de vida, de perdón y de amor, que sanan las heridas del mundo de odio, de violencia y de enemistad. Vivimos en una globalización de la indiferencia y nos olvidamos que nuestra vocación original y universal es ser centinelas del hermano en camino», sostuvo, en la Eucaristía del 12 de septiembre en la basílica del Voto Nacional.
Espinoza recordó que el documento base para el Congreso Eucarístico del próximo año. Además, reiteró que «todos tenemos un lugar especial en el corazón de Dios. Nadie está excluido de su corazón de Padre». «Y Dios es corazón, a tal punto de enviar a su Hijo al mundo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Que María sea nuestro modelo y el camino seguro para ser verdaderos ‘misioneros de la Eucaristía’. Ella nos dio a su Hijo, y nosotros debemos ser portadores de su Hijo al hermano concreto, al descartado de hoy», enfatizó.
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