La Iglesia Católica en Kazajistán brinda su apoyo al precario sistema nacional de salud en el país de Asia Central, de modo especial en regiones alejadas de las ciudades centrales, frente a la lucha que llevan adelante para frenar la propagación del COVID-19. Caritas Kazajistán asiste el sistema de salud vulnerable e imperfecto del país con el lanzamiento de ‘Stop-Covid Kz’, nuevo proyecto a largo plazo que pretende brindar a los trabajadores de la salud un apoyo profesional adecuado.
La entidad caritativa de la Iglesia comenzó el hermanamiento entre hospitales italianos y kazajos, para que los primeros puedan asesorar a los segundos, tal como lo explicó el padre Trezzani, misionero italiano y director de Caritas Kazajistán. «Hace unos días comenzamos la primera colaboración entre una instalación en Almaty y el hospital San Raffaele -instituto científico y un policlínico universitario altamente especializado y reconocido internacionalmente- en Milán, una instalación prestigiosa en Italia. Quisiéramos que nuestra acción no se limitara a la emergencia de la pandemia, sino que continuara en el tiempo», afirmó, al explicar que la Iglesia en Kazajistán otorga su apoyo al precario sistema de salud.
«Las actividades pastorales y sociales de la comunidad católica en Kazajistán se ralentizaron debido a las medidas de distanciamiento social. Por lo tanto, decidimos implementar nuevos métodos de acción para no detenernos y seguir operando para que no se desperdicie este tiempo de cierre forzoso. Poco antes del estallido de la pandemia, como Caritas Kazajistán estábamos trabajando en la apertura de un nuevo centro de día para niños con discapacidades, en colaboración con el municipio de Almaty. Hace unos días, un representante de los servicios de inspección sanitaria visitó nuestro Centro para contarnos todo lo que hay que cambiar o mejorar: de esta forma, estaremos listos para partir en cuanto termine el encierro», aseguró Trezzani.