Por Juan María Gallardo. Capítulo primero (primera parte) del Directorio para la Catequesis 2020

 

Temas que se tratan en la segunda meditación

PRIMERA PARTE: La Catequesis en la misión evangelizadora de la Iglesia

CAPÍTULO I: LA REVELACIÓN Y SU TRANSMISIÓN
(nn. 10 a 54)

1. JESUCRISTO, REVELADOR Y REVELACIÓN DEL PADRE

La revelación del plan providente de Dios

11. Todo lo que la Iglesia es y hace
tiene su fundamento en Dios
y en su Revelación.

San Pablo:
«Él nos eligió en Cristo,
antes de la creación del mundo,
para que fuéramos santos e irreprochables
en su presencia por el amor. (Ef 1, 4-5).

Desde el comienzo de la creación,
Dios nunca ha dejado de comunicar al hombre
su plan de salvación y de mostrarle los signos
de su amor.

12. Dios manifestó y realizó su designio
de una manera nueva y definitiva
en la persona del Hijo,
enviado en nuestra carne.

La Revelación
es iniciativa del amor de Dios y
está orientada a la comunión:

Por esta Revelación,
Dios invisible
habla a los hombres como amigos,
movido por su gran amor
y mora con ellos
para invitarlos a la comunicación consigo.

La Revelación
se realiza
con hechos y palabras
(las obras confirman las palabras
y las palabras proclaman las obras)

Jesucristo
con su presencia
personal, con palabras y obras,
señales y milagros,
con su muerte y resurrección gloriosa,
con el envío del Espíritu de verdad,
completa la revelación

13. Dios ha revelado su amor
y abre una nueva vida
—vida sin pecado, vida de hijos, vida en abundancia, vida eterna—
este anuncio es hermoso:

«El perdón de los pecados,
la justicia,
la santificación,
la redención,
la adopción de hijos de Dios,
la herencia del cielo,
la familiaridad con el Hijo de Dios.
¿Qué noticia más bella que ésta?
Dios en la tierra y el hombre en el cielo».
(JUAN CRISÓSTOMO)

14. El anuncio cristiano
comunica el plan divino,
que es:
– un misterio de amor:
las personas, amadas por Dios,
están llamadas a responderle.

– la revelación
de la verdad íntima de Dios como Trinidad y
de la vocación de la persona a una vida filial en Cristo.

– la ofrenda de salvación de Jesucristo,
que conlleva
la liberación del mal,
del pecado y
de la muerte;

– la llamada a reunir a la humanidad en la Iglesia,
en este presente,
pero, plenamente,
al final de los tiempos.

Jesús anuncia el Evangelio de la salvación

15. Jesús
anuncia la venida del Reino de Dios
para cada persona,
invitando a la conversión.

Es la plenitud de la Revelación:
es la manifestación plena de la misericordia de Dios
y nos enseña
que la ley fundamental
de la perfección humana y
de la transformación del mundo es
el nuevo mandamiento el amor.

El que sigue a Cristo,
Hombre perfecto,
se perfecciona cada vez más
en su propia dignidad de hombre.

16. El Señor,
después de su muerte y resurrección
dio el Espíritu Santo
para cumplir la obra de la salvación
y envió a los discípulos
a continuar su misión en el mundo.

Términos del mandato misionero
del Señor:
«proclamen» (Mc 16,15),
«hagan discípulos, bautícenlos y enséñenles» (Cf. Mt 28, 19-20),
«sean mis testigos» (Hch 1,8),
«hagan esto en memoria mía» (Lc 22, 19),
«ámense los unos a los otros» (Jn 15, 12).

Las líneas de
la dinámica
del anuncio
combinan
-el reconocimiento de la acción de Dios
en el interior de cada persona,
-el primado del Espíritu Santo y
-la apertura universal a todo hombre.

La evangelización
es una realidad
«rica, compleja y dinámica»
que incorpora diferentes posibilidades:
testimonio y anuncio,
palabra y sacramento,
cambio interior y transformación social.

Todas estas acciones
se complementan y
se enriquecen mutuamente.

2. LA FE EN JESUCRISTO: RESPUESTA A DIOS QUE SE REVELA

17. Toda persona
se encuentra a sí misma
en Cristo…

Y es la Palabra de Dios
la que llama
a configurarse con Cristo.

La persona
está llamada a responder
y a entregarse
acogiendo la buena noticia…

18. La fe cristiana es
acogida del amor de Dios,
adhesión sincera a su persona y
decisión libre de seguirlo.

Este sí a Jesucristo
implica dos dimensiones:
1) el abandono confiado en Dios
(fides qua) y
2) la aceptación de lo que nos ha revelado
(fides quae).

“Creer a” Jesús y “creer en” Jesús

“Creemos a” Jesús es
aceptar su Palabra,
su testimonio,
porque él es veraz.

“Creemos en” Jesús cuando
lo acogemos personalmente
y nos confiamos a Él.

Creer comprende una doble referencia:
a la persona y a la verdad;
a la verdad por confianza en la persona
y a la persona porque ella misma
es la verdad auténtica.

Es pues una adhesión
del corazón,
de la mente y
de la acción.

19. La fe es
un don de Dios y
una virtud sobrenatural
fruto de la gracia y
respuesta libre
al Espíritu Santo

La fe no es
irracional
ni ciega.

La luz de la razón y
la luz de la fe
proceden ambas de Dios y
no pueden contradecirse.

La fe y la razón son complementarias

La razón
no permite a la fe
caer en el fideísmo o fundamentalismo y,
solo la fe
permite penetrar en el misterio,
favoreciendo su comprensión coherente.

20. La fe
implica
transformación
existencial:
metanoia

Se manifiesta
en toda la existencia del cristiano:

-en su vida interior
de adoración y acogida
de la voluntad divina;
-en su participación activa
en la misión de la Iglesia;
-en su vida matrimonial y familiar;
-en el ejercicio de la vida profesional;
-en el desempeño de las actividades económicas y sociales.

Aceptar el don de la fe
transforma
en una creatura nueva,
en un nuevo ser:
un ser filial en el Hijo.

21. La fe es
un acto personal
con carácter relacional y comunitario.

El cristiano
nace del seno materno de la Iglesia.
Su fe
es una participación
en la fe eclesial.

El acto personal de la fe
hace suyo
la fe de la Iglesia,
pueblo de Dios y
sacramento universal de salvación.

3. LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN EN LA FE DE LA IGLESIA

22. La revelación es
para toda la humanidad.

Dios quiere
que todos se salven y
lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tim 2,4).

Jesucristo
instituyó su Iglesia
sobre el fundamento de los Apóstoles.

Ella realiza
la misma misión
que Jesús recibió del Padre.

La Iglesia es
inseparable de la misión del Hijo
y de la misión del Espíritu Santo
porque constituyen un solo plan de salvación.

Quiso Dios la Iglesia para que,
todo lo que había revelado
para la salvación de los hombres,
permaneciera íntegro para siempre y
se fuera transmitiendo a todas las generaciones

23. El Espíritu Santo
actúa en la Iglesia y
en aquellos a los que ella acoge y
continúa
fecundándola
enviándola y
sosteniéndola
en la obra evangelizadora.

El mismo Espíritu
siembra la semilla de la Palabra;
despierta el deseo de obrar bien;
prepara la recepción del Evangelio y
concede la fe.

La Iglesia recibe
esta acción misteriosa del Espíritu;
actúa como su instrumento vivo y dócil
para guiar hacia la verdad plena.

24. Los Apóstoles,
fieles al mandato divino,
con las obras y
el testimonio,
con la predicación oral y
los escritos
inspirados
por el Espíritu Santo,
transmitieron todo
lo que recibieron «para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo

Los Apóstoles
dejaron como sucesores suyos
a los Obispos,
entregándoles su función de magisterio.

25. La transmisión del Evangelio
según el mandato del Señor
se realizó de dos maneras:

1.- con la transmisión viva de la Palabra de Dios
(también llamada simplemente Tradición) y

2.- con la Sagrada Escritura,
que es el mismo anuncio de la salvación
puesto por escrito».

Por esto,
la Tradición y
la Sagrada Escritura
están
estrechamente
unidas y
relacionadas y
ambas
proceden
de la misma fuente,
la Revelación de Jesucristo.

26. La Tradición no es
un mero conjunto de doctrinas,
sino una experiencia de fe.

Ella crece,
se consolida con los años,
se desarrolla con el tiempo,
se profundiza con la edad.

El Magisterio de la Iglesia,
sostenido por el Espíritu Santo y
dotado del carisma de la verdad,
ejerce su oficio de
interpretar auténticamente la Palabra de Dios,
a la cual siempre sirve.

El Magisterio
cumple la tarea
de guardar íntegramente
la Revelación,
la Palabra de Dios
contenida en
la Tradición y
la Sagrada Escritura y
asegura su continua transmisión.

Este Magisterio
no está sobre la Palabra de Dios,
sino que la sirve,
enseñando solamente
lo que le ha sido confiado.

27. Mediante la obra del Espíritu Santo y
bajo la guía del Magisterio,
la Iglesia transmite a todas las generaciones
cuanto ha sido revelado en Cristo.

La Iglesia vive con la certeza de que
su Señor,
que habló en el pasado,
no cesa de comunicar hoy su Palabra
en la Tradición viva de la Iglesia y
en la Sagrada Escritura.

La Palabra de Dios se nos da
en la Sagrada Escritura
como testimonio inspirado de la revelación que,
junto con la Tradición viva de la Iglesia,
es la regla suprema de la fe y
la fuente principal de la evangelización.

Todas las demás fuentes están al servicio de la Palabra de Dios.

Revelación y Evangelización

28. La Iglesia
escuchando la Revelación,
la transmite
en su doctrina,
en su vida y
en su culto perpetúa y
transmite a todas las generaciones
todo lo que ella es,
todo lo que cree.

El mandato de evangelizar
a todo el mundo
constituye
su misión esencial.

Evangelizar constituye
la dicha y vocación de la Iglesia,
su identidad más profunda.
Ella existe para evangelizar.

En esta su misión
la Iglesia comienza por evangelizar
a la comunidad de sus creyentes
que tiene necesidad de escuchar
lo que debe creer y
las razones para esperar.

29. Evangelizar no es,
en primer lugar,
llevar una doctrina;
es, ante todo,
hacer presente y anunciar
a Jesucristo.

30. La evangelización tiene como fin último
la plenitud de la vida humana.

En el Occidente cristiano se utilizó el concepto de salvación
en el Oriente cristiano divinización.

¿Por qué Dios se ha hecho hombre?
«Para salvarnos»,
dice y repite Occidente.

«Para que el hombre llegue a ser Dios»,
afirma el Oriente.

Las dos expresiones son complementarias:
Dios se ha hecho hombre
para que el hombre llegue a ser
como Dios lo ha querido y creado,
es decir, para que sea a imagen del Hijo,
hombre salvado del mal y de la muerte,
para participar de la misma naturaleza divina.

 

Power Point para descargar. Por Juan María Gallardo

Presentación del Directorio para la Catequesis (2020) para sacerdotes y catequistas

Los sacerdotes Juan María Gallardo y José Luis ‘Cote’ Quijano realizaron 18 programas sobre el nuevo Directorio para la Catequesis, que se pueden encontrar en una lista de reproducción del canal de YouTube de Hora 60.

2 COMENTARIOS

  1. Hola, muy bien explicado me ha sido de mucha utilidad agradezco mucho que comparta tan valioso trabajo.
    ¿ Tendrá la segunda parte para completar el capitulo y seguir con mi lectura?
    Muchas gracias, ¡saludos cordiales! Paz y bien.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí