Los padres Denis Martínez y Leonel Balmaceda, quienes estaban detenidos, son los 2 nuevos sacerdotes de Nicaragua que fueron desterrados por la dictadura sandinista y enviados a Roma, tal como indicó el diario nicaragüense La Prensa y los medios vaticanos. Con los nuevos expulsados, la cifra de presbíteros y obispos desterrados del país por el régimen de Daniel Ortega asciende a 245.
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Martínez pertenece a la diócesis de Matagalpa, pastoreada desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, también excarcelado y enviado a Roma en enero pasado. El sacerdote también era formador en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima de Managua. «Ese cura no habla, no se mete con nadie, es de lo más callado, nunca se metió en nada menos en política», indicó la feligresía del sacerdote, el 11 de agosto pasado.
El padre Balmaceda servía en La Trinidad, diócesis de Estelí, confirmándose ambas diócesis que aún preside Álvarez como las más perseguidas. Matagalpa es una de las diócesis más afectadas por la persecución. Con Martínez y Balmaceda, ya serían al menos 245 religiosos los que entre abril de 2018 y julio de 2024 debieron dejar de desarrollar su labor pastoral en Nicaragua por la persecución de la dictadura contra la Iglesia.
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